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Lazos ~ Cap. 12


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Capítulo 12: Un inesperado verano, parte 2.

—Ya está el baño, hermana —dijo Ayame a su espalda.
—¡Uh! Gracias.
—Estas algo perdida ¿Estas bien?
—¡Sí! Si lo estoy, no te preocupes —Contesto rápidamente.
Tomo sus cosas y entro al baño, dejando a su hermana con dudas. Esta bajo a la cocina donde su abuela las estaba esperando mientras se distraía viendo televisión. Ayame se sentó a su lado y le sonrió.
—Te extrañaba abuela.
—Yo también linda ¿Y su madre cómo anda?
—Bastante bien, ocupada con su trabajo, ya sabes; desde lo de papá siempre está haciendo cosas por nosotras y trabaja duro —sonrió melancólica.
Ambas permanecieron en silencio, pero sonriendo. Pese a la pérdida de su padre–hijo de su abuela-, la familia siempre se mantuvo unida y apreciaban recordar lindos momentos. El abuelo, murió años después por lo que su abuela debió aprender a vivir con esa soledad, pero sus nietas no se lo permitieron. Venían casi todos los veranos y días libres que pudieran, incluso con su madre que no le importaba abandonar unos días su trabajo. Supieron como vencer ese vacío, juntas. Por lo que ese pueblo se había convertido en su segundo hogar.
—Estoy lista —dijo Sakura al bajar—¿Les pasa algo?
Ellas la miraron y comenzaron a reír, Sakura se veía muy linda vestida con ese vestido de seda blanco y hermosas puntillas. Su cabello lacio y bien peinado brillaba con las luces de la festividad. La “celebración de las flores”, era como la llamaban, una noche en donde todo el pueblo se juntaba e intercambiaban alimentos caseros para compartir con todos y agradecer a la hermosa naturaleza que cada día los rodeaba. También había juegos y premios, música y bailes. Todos disfrutaban a su manera y no paraban de sonreír, los gritos de los niños jugando y correteando creaban un ambiente familiar, mientras que las personas disfrutaban del bingo y buen vino. Los jóvenes, en edad de romance, disfrutaban de esa noche estrellada y fresca cerca del rio, donde el sonido y ruidos no llegaba, solo el sonido del agua y el aroma a húmedo.
—Tan divertido como siempre —decía Ayame mientras charlaba con personas que hace bastante no veía.
Su abuela disfrutaba del bingo más que nunca, mientras que Sakura solo miraba perdida le horizonte. No sabía realmente si esperar o no por él, de todos modos había sido ella quien lo había lastimado y sin razón. Entendió que Ren no tenía la culpa de todo esto, pero otro pensamiento la volvió a hacer cambiar su parecer ¿Qué pasara con Hana? ¿Qué pasara con sus sentimientos?; solo eso pensaba. Tal vez parte de su mente sabía que esa no era la respuesta, pero su amistad por Hana o temor a perderla, le hacía actuar asi.

—¿Estas despierta? —Esa voz a su espalda provoco que se asustara.
—¿Qué? —Al voltear lo vio, era Ren y su hermana.
—¿Qué si estás bien niña? Parecías dormida con los ojos abiertos —sonrió Nana, mientras que solo Ren apartaba la mirada con nervios.
—Estoy bien, solo estaba pensando —sonrió—¿Ya comieron?
—No —Miro será a Ren—, alguien tardo demasiado en alistarse.
—No se preocupen, hay mucha comida —dijo mientras reía y les mostraba la mesa—; aquí pueden sentarse.
—Gracias, Sakura.
Nana se preparó para comer, en verdad estaba hambrienta. Ren solo jugaba con su bebida, mientras Sakura los acompañaba en la mesa comiendo pastel. En ese momento, la abuela de Sakura comenzó a buscarla con la mirada y al encontrarla se sorprendió de verla con ellos. Luego de mirar a Ren sonrió cálidamente, puedo ver con el cariño que este miraba a su nieta y lo sonrojada que estaba.
—Creo que es hora de contar la historia —murmuro.
—Que murmuras mujer —Le dijo una amiga a su lado—, acaban de gritar línea, presta más atención.
Ayame se levantó y comenzó a buscar a su hermana, quería que la acompañara a los juegos temáticos que se instalaron en una plaza cerca de esa calle principal llena de luces y festejos, parecía un festival pero más pequeño y sin un templo.
—Sakura, al fin te encuentro… ¿Ellos son? —Señalo a Ren y su hermana.
—Ah, él es Ren, un compañero y ella es su hermana, Nana. Ella es mi hermana, Ayame.
—Hola —respondieron ambos.
—¿Hola? Como sea, vamos a los juegos —Insistía sonriendo.
—Hermana, creo que bebiste demasiado sake —La miro seria—. Lo siento, debo ir con ella.
—No hay problema, luego te alcanzamos —sonrió Nana.
Sakura tomo del brazo a su animada hermana y salieron caminando algo torpes por culpa de la inmensa alegría de Ayame. Ren solo la miro serio mientras se alejaba, sabía que no debía enojarse por las palabras de Sakura al decirle “es un compañero”, porque asi era solo un compañero ya que Tomoya ahora era su novio.
—Me voy a casa —Se levantó enojado consigo mismo.
—¡Espera! ¿Qué sucede? Dije que después la alcanzaríamos, “ambos” —Lo tomo de su camisa.
—No tengo deseos de seguir con esto, déjame ir.
—¿Esto? No sé de qué me hablas, tal vez si me explicaras… Hoy estabas feliz de verla y ahora no quieres verla.
—No entenderías, pero no importa asi que me voy a casa.
—¡Ren, Ren! ¡¡Espera!!
Ren solo se fue sin escucharla.
—¡¡Ash!! Me molesta ese carácter, es como el de papá. Por eso es que perdió a mamá ¿Me oyes? —Le gritaba pero él ni siquiera alcanzo a escucharla.
—¿Está todo bien? —La abuela de Sakura había oído los gritos.
—Disculpe, no quería gritar asi, es solo que mi hermano… —suspiro.
—Está bien, pensé que te pasaba algo a ti —sonrió—¿Tu hermano está bien?
—Sí, solo está algo frustrado. Creo que es un mal de amores, pero quiero que lo intente y se rinde asi de facial, justo cuando la tiene en el mismo lugar de vacaciones.
—¿Mismo lugar…? Podría ser… ¡Sakura! Él es el compañero de mi Sakura —sonrió.
—¿Sa-Sakura? ¿Usted es su abuela?
—Sí y ella me hablo de ustedes, aunque se sentía algo triste al hablar de las clases. Tal vez algo le pasó a esos dos —Se quedó pensando—. Mi nieta es tan reservada, nada que ver con la mayor. Siempre ocultando lo que siente con tal de ayudar a los demás.
—Asi que asi es Sakura, tal vez me haga una idea de porque esos dos están asi, pero no estoy segura.
—Entonces lo dejo en tus manos, este pueblo es muy chico, ellos pueden encontrarse donde sea —Sonrió y se retiró.
—Que simpática mujer —sonrió.
Luego de despedirse de Sakura e inventar una excusa de la partida de su hermano, volvió a casa, la cual estaba oscura. Su padre estaba dormido y Ren aparentaba estarlo, pero ella no se dejó convencer y salto sobre él.
—¿Qué haces? Estaba durmiendo.
—A mino me engañas ¿Por qué no me cuentas todo desde un principio? ¿Quién es y que es Sakura?
Ren la miro serio al principio, pero necesitaba desahogarse esa noche. Comenzó desde la primare vez que la vio hasta las últimas palabras que el cruzo con ella. Nana sentía hasta ganas de llorar, pero eso haría deprimir más a su hermano por lo que solo escucho hasta que el ya no quiso hablar.
A la mañana siguiente, Ren se levantó con un poco de dolor de cabeza pero no era tan molesto. Después de usar el baño y vestirse, noto que en su teléfono había un mensaje. Al abrirlo y ver de quien era, casi se derrumba, pero al leerlo. Se trataba de Sakura, quien estaba preocupada por el anoche…
Sakura: Tu hermana dice que te sentías algo mal, espero que te mejores. Descansa.
—No puedes hacerme esto —murmuro sonrojado.
Después de desayunar decidió ir al rio para despejar sus pensamientos, lo cuales lo volvían loco. Ya no sabía que era lo correcto. Camino por el camino más estrecho y lleno de rocas, podía sentir el sonido del agua aproximándose. El olor a hierbas mojadas le gustaba, y los pequeños rayos de sol que atravesaban los arboles lo confortaban con su calidez. Al llegar a la orilla, se quitó sus zapatillas y mojo sus pies. Luego comenzó a caminar mientras miraba los peces que pasaban por el lado de sus pies o esquivándolos, el agua era tan cristalina. Y de repente, como cosa rara del destino, Sakura estaba sentada al otro lado del rio.
—¿Sa-Sakura? —murmuro.
Esa mañana había decidido que no quería verla, pero la vida no lo ayudo. En ese momento quería hablarle, tenía unas ganas intensas de hablar con ella, pero no sabía cómo iniciar esa conversación. Ella estaba sentada en una roca tirando piedras pequeñas al agua, era tan hermoso para Ren verla asi, sus piernas largas que un short corto blanco dejaba verlas y una musculosa rosa que hacia juego con el sombrero de mimbre que los unió esa primera vez y los encontró por segunda ocasión. En ese momento deseaba tanto que el viento lo volara hacia él, pero no paso, no había nada de viento esa mañana calurosa. Asi que sin esperanzas de viento, comenzó a caminar en círculos y a sentirse como un tonto, quería hablarle pero ¿Cómo?; pensaba y pensaba, una y otra vez se hacia esa pregunta. Tanto pensar, no noto la enorme piedra que provoco que se tropezara y el escándalo del agua llamo la atención de Sakura.
—¿Esta bien? ¿No le paso nada? —Sakura corrió a ayudar, pero al ver que era Ren no soportó la risa—¿R-Ren? ¿Qué te paso? —No podía ni decir su nombre de las carcajadas al verlo todo mojado.
—So-Solo me tropecé ¿Qué es tan gracioso? —Estaba avergonzado pero feliz de comenzar a hablar con ella.
—Ven, tengo una toalla aquí —Caminaron hasta donde ella estaba sentada—. Aunque no tengo ropa para darte, lo siento.
—No importa, es una malla, dejare que mi remera se seque.
Ambos se sentaron de espaldas en esa gran roca, estaban demasiado avergonzados como pare verse a la cara.
—Y… ¿Estas mejor?
—¿Po-Porque preguntas?
—Porque anoche te fuiste temprano, tu hermana dijo que te sentías mal.
—En realidad tenia sueño… Solo que ella es difícil de convencer, habría hecho que me quede sino —sonrió.
—Ya veo —soltó una corta risa—; los juegos fueron muy divertidos, pero según mi abuela, el festival de la próxima semana es mucho mejor. Hay fuegos artificiales y muchos más puestos que los de anoche, que recorren desde abajo por las escaleras largas hasta el templo.
—¿En verdad? Ojala sea antes de que regresemos a casa, volvemos el viernes próximo.
—Entonces tienes suerte, es el jueves por la noche —sonrió.
—Que bien… Eh, creo que ya está lista mi remera —Se colocó su remera, un poco húmeda en las mangas—¿Qué harás ahora?
—Mmm, estaba leyendo este libro pero ya casi lo termino ¿Quieres caminar por el pueblo o el campo? —sonrió.
—Un poco de todo, el día es largo.
Asi comenzaron su día juntos, bastante incomodo al principio con silencios que no parecían terminar, pero a medida que el tiempo pasaba comenzaron a encontrar intereses comunes obteniendo charlas largas y un día bastante agradable. Encontraron muchas cosas en común y comenzaron a verse todos los días, algunos Nana o Ayame los acompañaban, otros eran solo ellos dos; comportándose como niños y olvidando toda su historia durante las clases, como si solo ellos dos existieran en ese lugar, disfrutando uno del otro sin pensar en nadie más. Sakura sentía confianza al estar a su lado, a veces sentía que estaba mal hacer eso a espaldas de Hana, pero con tan solo volver a ver su sonrisa de nuevo no podía parar.
Los días pasaron, el último día había llegado. Esa tarde también estaban juntos tomando un helado, por lo que Ren sentía la necesidad de invitarla a pasar el día del festival con él y ver los fuegos artificiales juntos. Sabía que no debía sentirse nervioso al preguntarle, pero sentía que era distinto a los otros días, esta vez era importante ¿Sus sentimientos debían ser comunicados o guardados?
—¿Qui-Quieres ir esta noche juntos?
—Claro, nos veremos allí con los demás —Sakura se refería a sus hermanas y demás familias.
—Ya veo… —No sabía si dejarlo asi o aclarar lo que quiera decir—¡Yo quería decir que…!
—¿Qué pasa?
—Yo quería decir que pasáramos la noche juntos —Se sonrojo.
—B-Bueno… Yo —Al ver sus ojos no pudo negarse—, está bien —sonrió.
Esa noche, Sakura, mientras se bestia se sentía extrañamente nerviosa. Ella se había dado cuenta del error que cometió al entrometer a Tomoya, y de seguro Ren estaría enojado con él en este momento; debía aclarar las cosas por el bien de la amistad de ellos, solo que la preocupación por Hana la hacía retroceder. Un conflicto interno le provocó fuertes dolores de estómago.
—¿Sakura, estas bien? —pregunto su hermana al verla recostada mirando el techo, mientras sobaba su pansa—; si quieres vomitar o algo ve al baño —reía.
—¡No es eso! —Suspiro—; creo que de los nervios me dio dolor de estómago.
—¿Nervios porque? —Curiosa pensó—¿Será por ese chico que nos acompañó durante todo el viaje? —sonrió.
—¡Olvídalo! —Le dijo sonrojada y tapo su rostro con una almohada—. Tomare algo y se me pasara.
—Como digas —Sonrió—; ahora le pido algo a la abuela para que tomes.
Después de haber mejorado un poco sus malestares, se preparó para salir junto a su hermana y abuela. Durante el camino, Ayame no dejaba de molestarla con Ren y su abuela reía; parecían unas niñas y Sakura, seria, las miraba de reojo.
—¡Ni que fueran mis hijas! Dejen de gritar —dijo parada frente a ellas.
Su abuela y hermana comenzaron a reír, mientras que Ayame le señalo alguien a su espalda. Se trataba de Ren y había escuchado su grito. Sakura se puso bordó, no sabía en donde esconderse para no sentir esa vergüenza caliente que recorría su cuerpo. Lo saludo como si nada, tratando de disimular su sonrojo y continuaron caminando hacia el festival. Y sin darse cuenta, Ren y Sakura se separaron del resto, pero asi era como él se lo había propuesto, solo ellos dos. Sentía que este sueño terminaría tan pronto cuando regresaran a clases, sería como un bello sueño que quería conservar en lo más profundo de su corazón, Ren atesoraría esa noche aunque fuese la única a su lado.
Después de comer deliciosos aperitivos que ofrecían los puestos y jugar como niños, la función de fuegos artificiales –que cada año marcaba el final del festival que todos esperaban- fue anunciada por los altavoces. Ren miro al cielo y soltó un suspiro profundo que por tanto ruido ni él pudo sentirlo, pero sabía que su sueño estaba llegando a su fin. Solo voleo y miro el delicado perfil de Sakura, que mirando hacia el cielo esperaba la función de luces, aunque a él solo le importaba atesorar su hermoso rostro.
—Conozco un lugar donde podremos verlos mejor —dijo él.
—Te sigo —sonrió ella.
—Ayer por la tarde lo encontré, estaba caminado y cuando lo vi me dije a mi mismo que desde aquí sería ideal verlos —hablaba mientras la tomo del brazo y la llevo hasta dicho lugar.
Se trataba de un puente viejo, que las personas ya habían olvidado. Un lugar tranquilo, hermoso y excelente para observar las luces. Sakura sonrió y agradeció por esa hermosa noche, pero al querer abrir su boca para decirle lo mucho que apreciaba lo que él hizo por ella, la función la interrumpió con sus ruidos de bombas explotando y luces que se reflejaban en sus rostros.
Ambos dirigieron sus miradas al luminoso cielo, aun asi sus corazones latían como uno solo y no por la emoción de los fuegos, sino de un fuego más fuerte que estaba creciendo en el interior de ellos.
—R—Ren...
La función estaba terminando.
—¿Qué pasa, Sakura? —Este volteo conservando la sonrisa que las luces provocaron en él.
—Yo no te fui sincera —Había decidido la verdad-; con respecto a Tomoya y yo, es una farsa.
—¿Que dices? —Se sorprendió.
—Tomoya nunca les mintió, fui yo y le pedí que no digiera nada. Fue mi culpa...
—Ustedes... ¿Son una mentira? ¿Nos mintieron a todos?
—Lo siento.
Ren miro al cielo y cerro sus ojos unos segundos, luego volvió a verla fijo.
—Ya debo irme, fueron unas lindas vacaciones —sonrió, pero no era esa sonrisa alegre que hacia brillar a los demás—; nos vemos en clases, Sakura.
Bajo la mirada y con sus manos en los bolsillos se fue. Sakura no reacciono, solo lágrimas pesadas caían desde sus ojos y encogían su corazón.
Esa noche, de regreso a casa, Ren ya no era el mismo que había salido antes tan alegre y su hermana, quien caminaba a su lado, se había dado cuenta. El problema es que ella no sabía que decir, tampoco sabía que había pasado, tal vez el solo quería callar y pensar. Ya acostado y mirando el techo de la habitación por última vez, ya que mañana regresaría a casa, pensaba tantas cosas que revolvían su estómago. No sabía se estar feliz o decepcionado por tal mentira.
—Sakura ¿Estas bien, mi niña? —pregunto su abuela al verla desanimada.
—No pasa nada —sonrió.
—Creo que es momento de decirte cuál es su magia —sonrió cálidamente—, ven aquí.
—¿Hablas del sombrero?
—Si —Comenzó—; el contiene la magia de la unión y el destino, el sabrá como guiarte un día. Solo confía —sonrió sin más que decir dejando a su nieta totalmente perdida, no comprendía.
—No logro entender... Abuela.
—Solo cree en mí y en tu corazón —La abrazo—. Ese sombrero me llevo a algo muy preciado para mí que casi pierdo.
—Confiare —Le devolvió el abrazo.
De regreso a la ciudad en la carretera el sol brillaba más que nunca y calentaba esa mañana. Ren perdió su vista en la ventana mientras miraba alejarse a la arboleda del campo, donde Sakura había quedado atrás y todos esos hermosos días que juntos pudieron sonreír. Parecía un sueño que estaba terminando, era lo que el mas temía pero que desde un principio lo supo y acepto tal cual. ¿Qué les esperaría de regreso en la realidad? Era lo que más se preguntaba, además de si podría perdonarla. Su pecho dolía porque él la amaba pero ¿Porque le mintió de esa manera? ¿Acaso quería alejarlo? Sentía que ella lo odiaba o algo malo tenía para caer en esa situación. Sabía que Hana era importante para ella pero no tanto como para jugar con lo que el sentía.
Poco a poco fue sintiendo que su amor era prohibido, el no quería rendirse pero se dio cuenta que Sakura ya lo había hecho desde un principio y sentía que no podía luchar por dos corazones destrozados por el destino.


¡¡Continuara!!
Flor ~ Hana Sakura ~



¡¡Disculpen la demora!!

3 comentarios:

  1. (...) y sentia que no podia luchar con dos corazones destrozados por el destino.
    ...Aww! Ame esa parte! x3 Fue tan... ta... asdfghjklñfg <3
    Ame este capitulo! Me encantan tus historias ^^

    Bss^^

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  2. Que lindo cap dijfnedujknfjdn vi tu lista de canciones y hay estaba lacie, nee nee dime tu eres fan de pandora hearts :3 yo amo ese anime y ahora estoy con el manga :3

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  3. Hola ^3^ ... Gracias, gracias !! Me alegra que les guste :D y Si, me encanta Pandora Hearts, tengo que retomar el manga :D ... Que anden muy bien :3 besos ~

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Hola :D ¡¡Gracias por tus comentarios!! Ellos ayudan a que mi blog crezca... Y por leer mis historias ^^ ~

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Saludos ~ Flor - Hana Sakura