Capítulo 5: Descubriéndonos.
Después del incidente con el
empleado-el cual fue arrestado por tal delito, dejando más tranquilos a los
estudiantes-, Ayami y Tsubasa no volvieron a cruzar palabras por vergüenza;
recordar lo sucedido era vergonzoso para ambos. Asi transcurrió el resto del
día hasta el atardecer, para ese momento los profesores reunieron a todos los
estudiantes en el salón anunciando la última actividad de esa noche, “la prueba
de valentía”. No todos estaban muy contentos con esta prueba durante los viajes
de este tipo, pero en este era mayor el número de personas que estaban
desacuerdo por lo sucedido con Ayami en los baños, lo que llevo a que los
profesores acortaran el camino que los alumnos debían recorren en la prueba y
ahora no sería individual, seria en grupo de dos personas, y la salida de cada
grupo seria seguida teniendo la seguridad que habría coordinadores en distintas
paradas del recorrido. Esto hizo que el número de alumnos desinteresados
disminuyera y los animara a querer hacer la última actividad del viaje, que
algunos siempre la tomaron como emocionante pese a que otros solo la veían
aterradora.
Ayami nunca le tuvo miedo,
ella siempre fue muy audaz en este tipo de actividades y más ahora que contaba
con el cuerpo de un chico, al cual ella le veía las ventajas de la fuerza. Nana
no tenía miedo pero tampoco encontraba esta actividad como atractiva, ella prefería
otras cosas como leer un libro tranquila
en su última noche en ese hermoso lugar, aun asi iba a tomarla ya que su amiga
Sakura era muy temerosa y alguien debía cuidarla. La elección de compañeros era
por sorteo, pero para suerte de Sakura, Nana salió seleccionada como la suya,
lo cual la hacía sentir más segura. Aunque esa suerte no llego a Ayami, ya que
su compañero seleccionado fue Tsubasa, a quien no podía ver a la cara por más
de unos segundos sin sentirse incomoda. Al menos aun no era su turno asi que no
se juntaron hasta ser llamados para salir y seguir el recorrido.
Tsubasa notaba esa mirada de
desesperación que ella llevaba, haciéndolo quedar como un tonto ante la mirada
de los demás, asi que se levantó y camino hacia ella.
—¡Ya supéralo, esa cara no
me favorece!
—¡¿Qué, que?! —Movía su cara
con nervios de un lado a otro—; no, no sé de qué hablas.
—Ash, sí que eres una niña a
veces.
La tensión que Ayami tenía
fue calmada al sentir que su profesor los llamaba, ya era la hora de su turno y
debían recibir las indicaciones para salir. Lo que ella no pensó, que después de
eso debía pasar toda la prueba junto a Tsubasa a solas.
—Muy bien chicos, aquí están
sus linternas y no olviden que sus celulares no funcionan en lo alto de la
montaña, asi que por favor no se desvíen del camino señalado ¿Entendieron?
Ambos asintieron y se
apresuraron a salir. El camino no se veía tan aterrador al principio, ya que
era campo abierto y la luz de la luna era muy intensa esa noche, se podía apreciar
el bello brillo de las estrellas que adornaban esa manta negra llamada noche.
Durante ese tiempo no
cruzaron palabras y caminaban uno al lado del otro sin perder de vista el
camino, pero al llegar a la zona de árboles –donde todos los estudiantes se llevaban
los mayores sustos por las espeluznantes sobres que estos generaban por la luz
de la luna-, ello comenzaron a hablarse o al menos Tsubasa comenzó.
—Sí, creo que es en dirección
recta —Señalo con su mano.
—Es muy raro que lo hagan
tan fácil al camino ¿Estas segura que es por aquí? No creo que debamos subir
tanto a la montaña por lo que escuche en el sermón de hoy.
—Ellos cambiaron el camino
¿Recuerdas? —Podía hablarle con normalidad, estaba aliviada.
—Por eso mismo, el viejo
camino era hasta la cima de la montaña, tal vez se olvidaron de sacar algunas
marcas del viejo camino ¿No crees? Deberíamos regresar y doblar por las rocas
del rio.
—¿En verdad piensas eso? ¿Qué
tan seguro estas? —Ayami comenzó a ver el perímetro, pero ya no veía marcas por
ningún lado–esas marcas eran cintas rojas amarrada a los arboles-.
—Yo tampoco veo una y no
siento el ruido del rio —Se paró para escuchar haciéndole señas de silencio a
Ayami—; no, nada.
—¿Qué hacemos ahora?
—Creo que si vamos hacia el
este en dirección recta nos toparemos con el rio, lo vi en mi caminada, en
cierto punto dobla hacia la montaña asi que debemos chocarlo.
—La verdad no recorrí muy
bien el lugar asi que confiare en ti —dijo un poco dudosa de sus palabras.
Tsubasa comenzó a caminar y
ella lo siguió por detrás, el camino era un poco regular en esa zona por lo que
tenían mucho cuidado al pisar. Ayami pensaba que podía favorecerle el gran cuerpo
de un chico, pero en realidad era difícil de manejarse entre las rocas, al
parecer no estaba muy acostumbrada aun a ese cuerpo y la llevo a tropezarse y
casi caer, gracias a que Tsubasa se dio cuenta pudo sostenerla del brazo, pero
al ser más pesado el cuerpo ambos cayeron y rodaron hasta caer en una especie
de poso creado por alguna deviación del rio o movimiento de la tierra.
—¿Estas bien? —pregunto
Ayami que no salió muy lastimada.
Pero Tsubasa estaba muy mal,
tenía toda la espalda lastimada y las piernas golpeadas. Pudo levantarse pero
estaba adolorido.
—Lo siento, actué como el
chico cuando en estos momentos no lo soy —Se disculpó con Ayami—; no quería dejar
asi tu cuerpo, lo siento.
—No te preocupes por mi
ahora, el dolor lo sientes tu ahora —dijo preocupada.
Tsubasa no dijo nada pero
aun asi se sentía culpable por los daños. Adolorido logro sentarse y comenzó a
observar donde habían caído.
—Qué mala suerte, es más
profundo que lo que yo tengo de altura. No podrás trepar, Ayami.
—Si eso estaba viendo —dijo
mirando para arriba, solo se veían unas cuantas ramas de los árboles y e
hermoso cielo estrellado.
Tsubasa comenzó a emitir
quejido de dolor, no podía mantenerse sentado y mucho menos intentar ponerse en
pie.
—¿Duele mucho? —pregunto
preocupada.
—N-No es tanto —intento sonreír
para calmarla pero eso no la engaño.
—¡Ven, recuéstate en mis
piernas! Pondré mi campera como apoyo de tu espalda.
—No hace falt-
Ayami lo interrumpió.
—¡Claro que sí! Es mi cuerpo,
tú lo dijiste, asi que tráelo aquí y recuéstate —dijo con firmeza.
Tsubasa no tuvo otra opción.
Al recostarse podía ver las estrellas, se sentía un poco más relajado y soltó un
gran suspiro de alivio. Ayami sonrió, no era mucho pero estaba más cómodo, solo
les quedaba esperar que alguien notara su ausencia y viniera por ellos.
Unos cuantos minutos pasaron
y aún seguían ahí solos.
—¿Las linternas aun funcionan?
—pregunto débilmente Tsubasa.
—Sí, ambas.
—No las gastes, deben estar
cargadas para cuando sintamos gritos de alguien buscándonos y asi poder hacer
señales de luces.
Ayami asintió.
—Sabes… En verdad me siento muy
culpable por haber lastimado tu espalda, puedo ver cómo eres en todos tus
cuidados y tu idea de perfección. Siento que es algo molesto pero te conozco.
—¿Pe-Perfección? ¿Asi lo ven
los demás?
—Claro ¿No lo sabias? Eres
muy perfecta para muchos y te tienen como ejemplo, aunque otros —realizo una
pequeña pausa y dejo de mirarla, ya que hablaba de el—; para otros es molesto
ver a alguien que puede hacer todo.
—¡Pero yo no puedo hacer
todo! —dijo con euforia e inocencia, sin notar la declaración de Tsubasa—; yo
solo sé hacer varias cosas a la vez porque le dedico tiempo y empeño, no es
algo difícil solo es voluntad.
—¿Pero porque te esfuerzas
tanto? Es molesto que quieras hacer todo.
—¿Mo-Molesto? —Comenzó a
pensar y miro las estrellas—; no es que quiera hacer todo, siempre me gusto
ayudar a los demás —sonrió—. Desde pequeña ayude siempre en casa y cuide a mis
hermanos, mis padres son dos personas muy trabajadores que están ocupados todo
el tiempo para poder darnos lo mejor, entonces siempre sentí que mi deber era
esforzarme ahora y en un futuro poder devolverles todo lo que me dieron o no y
hacerlos felices. Quiero estudiar mucho y recibirme para poder ayudar siempre a
los demás.
—No sabía eso de ti, siempre
parecías tan metida en las cosas de los demás que nunca pensé que querías ayudarles…
Deberías expresarte de otro modo para que los demás lo entiendan.
—No me importa lo que ellos
piensen, solo quiero ayudarlos y con eso está bien. No espero nada a cambio —sonrió
nuevamente pero mirándolo a él.
Su mirada hizo que Tsubasa
se sintiera acalorado y su corazón pegara un golpe que lo asusto. Para olvidar
esa sensación aparto la mirada de ella.
—Y ¿Qué estudiaras después de
esto?
—Mmm, me gustaría ser
maestre y ayudar a los niños —su cara se llenó de brillos y alegría—; sé que
vas a burlarte, pero eso quiero —sonrió finalmente.
—No voy a reírme, tonta.
Maestra es algo muy bueno, mi madre lo era.
La mirada de Tsubasa se llenó
de melancolía y ese “era” retumbaba en la mente de Ayami.
—¿Po-Porque vives solo,
Tsubasa? —pregunto tímida sin mirarlo a la cara.
Tsubasa guardo silencio por
unos minutos que hicieron sentirla incomoda.
—Porque mi padre vive
viajando ocupado en sus negocios junto a mi hermano mayor y a mí nunca me gusto
esa vida, cuando mama murió pude decirle firmemente que no quería viajar más y quería
quedarme aquí y terminar mis estudios al igual que mi madre.
—¿Cuál es ese sueño al que
tu padre se opone? —pregunto tímidamente sin esperar una respuesta, pero
Tsubasa la sorprendió.
—Arte, como mi madre. Siempre
quise ser como ella, pero mi padre se negaba a ese sueño, ya que él quiere que
siga con los negocios familiares al igual que mi hermano, al cual él llama el
orgullo de la familia. El cree que el arte no me llevara a ningún lado, siempre
que nos vemos no podemos llevarnos bien por más de una hora junta que ya
comenzamos con la misma discusión. Incluso odio juntarnos para las fiestas. Es
tan desesperante.
—Ya veo…
—¿Y cómo vivo? Mi madre me
dejo a mi ese departamento y a mi hermano otro pero él lo alquila y me emplea a
mi como contador de las cuentas de ese alquiler y asi recibo dinero todos los
meses. Mi hermano es un idiota pero buen hermano al fin y al cabo. Ta-También trabajo
en un taller de arte junto a la profesora de nuestra escuela, pero no me gusta
que nadie lo sepa, en realidad no me gusta que nadie sepa de mi vida, mis
trabajos y todo.
—Lo-Lo siento… Yo no quería…
—Está bien, hoy me siento
bien para contarlo —sonrió—; por eso… ¡Nunca vayas al taller con la profesora
porque arruinaras mi reputación! —grito lo último asustándola.
—En-entiendo —Su voz sonó temblorosa.
—Asi que es por eso que
necesito mi cuerpo, no puedo dejarte a cargo de mi trabajo como contador y
mucho menos el de arte, además nunca dejaría que te enfrentes al ogro de mi
padre, saldrías llorando. En verdad me odia.
—Yo-Yo no creo que tu padre
te odie…
—¿Cómo sabes eso?
—Porque él siempre está
llamando a tu departamento y deja mensajes preguntando “que comiste” o “como
van tus estudios”; alguien que se preocupe por esas cosas no puede odiarte.
—Pero él me obliga seguir un
camino que me hace infeliz, hacer las cuentas de mi hermano como trabaja
pasajero no es lo mismo que dedicarle mi vida.
—Yo lo sé, tú lo sabes pero
tu padre no. Él solo ve que eres muy bueno llevando las cuentas, ve potencial
en ti para seguirlo como tu hermano. Debes demostrarle lo que en realidad te apasiona
y te da felicidad, mostrarle como te vez cuando estás haciendo arte asi como tu
mama lo hacía —sonrió.
Tsubasa no se sorprendía de
esas palabras, ya que él siempre supo que Ayami era muy inteligente, lo que lo sorprendía
fue como ella llego a comprenderlo y a darle una solución a algo con lo que el
tanto luchaba. No estaba seguro si su padre lo tomaría como Ayami lo planteaba,
pero no perdía nada con intentarlo.
—Está bien, lo intentare.
—Llévalo algún día a ese
taller —decía sonriendo—; cuando ya estemos en nuestros cuerpos sería bueno que
lo hagas.
Por dentro, Ayami pensaba
que también sería bueno verlo hacer arte, ella solo veía sus dibujos en el
banco y siempre terminaba regañándolo.
—Es un alivio escuchar parte
de tu historia, yo pensaba que tenías un romance con la profesora, lo cual sería
grave si un directivo se enterase —reía.
—Si Salí con ella —dijo tranquilamente
pero alterando a Ayami.
—¡¿Qué?!
—Fue hace mucho tiempo y
ella aun no era maestra en nuestra escuela, ya no pasa nada.
—Pe-Pero…
—¿Cómo crees que logre
trabajar en el taller si no tenía contactos? Terminamos muy bien nuestra relación
y cuando no encontramos de nuevo en la escuela me ofreció ese trabajo.
—¿Pe-Pero ya no pasa nada?
—¡Claro que no! Solo Salí con
ella porque me lo pido, ni siquiera sabía que ella era una estudiante universitaria,
siempre pareció más chica. Cuando lo supe me sentí un poco incómodo pero de
todos modos no éramos muy buena pareja, asi que decidí terminar y ella estaba
de acuerdo, ya que notaba lo mismo en nuestra relación. Solo le guste por ser
hermoso —Comenzó a reír.
—¡Que tonto eres! Y se nota
que no conoces a las chicas, no sabes si ella estaba de acuerdo o solo quería aparentar
ser fuerte —suspiro—; ahora que es profesora no creo que comience a buscarte,
ya que no creo que quiera arriesgar su trabajo.
—La verdad no me interesa,
ella ya no es parte de mi vida en ese sentido. Solo me consiguió ese trabajo y
la veo algunas veces cuando cambiamos de turnos. Ya deja de pensar en eso.
—Pero… ¿Cómo haces para
faltar tanto?
—Está remodelando el lugar,
pero para compensar a los estudiantes les dan clases gratuitas en un taller de
la escuela al cual solo fui dos clases por este incidente, es voluntario asi
que tenemos tiempo hasta las fiestas de volver a nuestros cuerpos.
—Siento presión —suspiro
Ayami—; aun no encontramos respuestas.
—Ya encontraremos algo…
Algo hizo que Tsubasa se
levantara de golpe en alerta.
—¿Sentiste eso? Nos están nombrando.
—¿En verdad?
—Prende la linterna y grita
fuerte.
Ambos se pusieron de pie,
Tsubasa lo hizo gracias a la Ayuda de Ayami y comenzaron a gritar lo más fuerte
que podían haciendo señales de luces.
—¡¡Aquí, estamos aquí!!
Los rescatistas lograron
encontrarlos gracias a sus gritos y señales de luces, la idea de Tsubasa fue
estupenda. Luego los sacaron de ese pozo y llevaron a curar a Tsubasa, el cual
paso el resto del viaje dolorido y con vendas en toda la espalda.
Nana y Sakura estaban muy
preocupadas, lloraron al verlos sanos y abrazaron a ambos. Todos estaban
conmocionados, el viaje había resultado muy sorpresivo y pareciera que todo le pasaba
a ellos dos.
La hora de marcharse, llego,
Tsubasa seguía dolorido pero Ayami siempre estuvo a su lado ayudándolo. Él se sentía
agradecido y aun culpable por lo de su cuerpo, pero en ese instante solo podía pensar
en esa extraña sensación que había sentido por Ayami la noche en que se
perdieron juntos. También se sorprendía de lo honesto que fue con ella en
cuanto a su vida personal que siempre mantuvo oculta. Se dio cuenta que la
estaba mirando de otra manera.
Antes de subir al colectivo,
Tsubasa detuvo a Ayami.
—Compensare lo que le hice a
tu cuerpo, lo prometo.
—No te preocupes, te debía un
favor por lo de Kai ¿Recuerdas? —Sonrió.
Tsubasa asintió y ella subió
primero, algo en esa sonrisa había logrado que el corazón de él se acelerada.
Flor ~ Hana Sakura~
oww que genial :D me gustó muchisismo escribes muy bien!!
ResponderEliminarMe alegra ^^, muchas gracias !
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