Lazos ~ Cap. 7

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Lazos - Capitulo 7: Brisas de Verano.

Durante la semana de reposo que Ren debía hacer, recibió visita de sus compañeros y amigos que preocupados fueron a ver si había mejorado. Por suerte él estaba bastante bien y recibió muy bien a todos. Su madre estaba agradecida con sus compañeros y por la ayuda que su hijo recibió ese día, al parecer Ren había estado algo molesto días antas pero él siempre le decía que —“seguramente algo que comí me hizo mal” —; y asi se negaba ir al hospital.
Hana, Tomoya y Natsume fueron los primeros en ir, justo ese día Sakura tenía clases extra, además parte de ella recordaba lo sucedido ese día y le apenaba ver a Ren aun. Sabía que debía visitarlo pero esos recuerdos la avergonzaban demasiado y eso la preocupaba, no era ella misma sintiéndose asi de cobarde o débil, no concordaba con su personalidad ese tipo de comportamiento que no comprendía del todo, o tal vez si pero su conciencia quería ignorarlo aunque su corazón no.
—¿Como que no has ido a verlo? —Exclamo Hana—. Tienes que ir Sakura, hoy es su último día y si no vas pensara que no te preocupas ni eres su amiga —Trataba de sonar exagerada para lograr convencerla.
—Es que todos ya fueron, no me da ir sola —suspiro Sakura.
—¡Yo te acompaño! —grito Natsume mientras guardaba sus útiles.
—¡Bien! Iras con el —Señalo Hana—, y llévale estos postres livianos pero deliciosos de mi parte. Quería dárselos hoy pero surgió algo con mi madre y siendo sincera no confió en darle comida a Natsume —Giro y lo miro seriamente.
—¡Oye! Cualquiera pensaría que soy un glotón —respondió Natsume.
—¡Lo eres! —dijo Hotaru que escuchaba la conversación y comenzaron a pelear de manera amistosa.
Estaba decidido, Sakura iría junto a Natsume. Después de guardar sus cosas, se despidieron de los demás y se dirigieron a casa de Ren con el paquete de Hana. Aún estaba algo nerviosa, pese a que ya no iría sola. Al llegar, Sakura quedo admirada de la hermosa tienda que la madre de Ren dirigía. Natsume le conto un poco sobre lo que sabía y luego le indico que la entrada a la casa estaba doblando la esquina del negocio. Vieron a la hermana la cual reconoció rápidamente a Sakura y les hizo señas que les abriría. Luego de avisarle a Ren de sus visitas, regreso a la tienda para ayudar a su madre. El los esperaba sentado en su cama, sin saber quién era la otra visita además de Natsume. Al verla entrar primero quedo hipnotizado con sus ojos, además de sonrojarse. No podía creer que sería ella esa tan inesperada visita.
—¡Sakura! —exclamo.
—¡Buenas tardes Ren! —Grito Natsume tras de ella y sonriendo como siempre.
—¿Cómo estás? —Le pregunto Sakura sonriendo—¿Ya estas mejor, verdad?
—¡Mucho mejor! Ya quiero volver a clases, estar aquí es muy aburrido estando solo. No soporto estar encerrado por mucho tiempo —Comenzó a reír.

Todos se sentaron alrededor de una mesita de té en el suelo alfombrado, en eso, el celular de Natsume sonó. Al parecer era su padre, el entrenador de futbol juvenil, que necesitaba de su ayuda urgente.
—Lo siento Sakura, te dejare el resto a ti. Mi padre es un gruñón asi que mejor corro. Nos vemos el lunes —Tomo sus cosas y salió prácticamente corriendo sin darles tiempo de nada.
Sakura quedo congelada, sus nervios comenzaron, pero al voltear y ver la sonrisa de Ren, esos mal estares desaparecieron.
—¿Y que traes ahí? —dijo sin perder la sonrisa —. No te preocupes, con mi hermana te acompañaremos a casa.
—¡Oh no! No hay problema.
—Tenía entendido que Natsume lo haría, aparte ya estoy bien y puedo salir —sonrió.
—Si es por eso, de acuerdo —dijo sonrojada—¡Oh y esto son bocadillos de parte de Hana! Dice que son deliciosos pero livianos y no te harán mal.
—¡Qué bien! Luego le mandare un mensaje agradeciéndole —Tomo la caja y la abrió—¡Cierto! Traeré un poco de té.
—Si quieres te ayudo —dijo Sakura y Ren acepto.
Bajaron a la cocina, estaban solos en la casa ya que la tienda la ocupaban mucho a su madre que no tenía tiempo ni de ir al baño, por lo que se volvió un momento incomodo pero a la vez romántico. Ren calentó el agua mientras Sakura sacaba las tazas y él te. Después de unos minutos subieron y llevaron platos también para los bocados dulces de Hana. Sakura no podía dejar de ver a Ren hacer él te, acomodar las cosas, ver su amplia y fuerte espalda al subir las escaleras y sus brillantes ojos azules pero lo que no podía dejar de ver ni por un segundo, era esa hermosa y cálida sonrisa que mantenía el siempre en su rostro al estar con ella. Había sido atrapada por su encanto y amabilidad.
—¡Estaba todo muy rico! Ahora le agradeceré a Hana —Tomo su celular y luego volvió a verla a ella—. Es verdad, aun no tengo tu número.
Sakura se sonrojo, al igual que el al darse cuenta lo que estaba pidiendo indirectamente.
—Es verdad, tengo el de todos y no el tuyo —respondió Sakura con risa nerviosa, su corazón era el que dominaba su ser en ese momento—. Toma.
Finalmente se lo paso, Ren agendo el número y le envió un mensaje para que ella guardara el de él. Ella abrió su celular y lo guardo, sus dedos temblaban levemente acalorados al hacerlo.
—Ah, ten —Sakura le entrego sus cuadernos para cambiar de tema rápidamente -. De seguro debes estar atrasado con lo de esta semana, asi que toma mis apuntes. Como es fin de semana no los necesitare hasta el lunes.
—¿Qué? Oh, gracias. Son tan pequeños —Estaba feliz solo de ver que no era mucho y más porque eran de ella.
—Como quedan solo dos semanas de clases los profesores no nos dan mucho —dijo sonriendo—, asi que no te preocupes no estás tan atrasado. Solo no olvides llevarlos el lunes a clases. Si no entiendes puedes preguntarme por mensaje, ya que ahora me tienes —Esas últimas palabras avergonzó a los dos y quedaron congelados mirándose por unos segundo muy sonrojados.
—Ehh… Cl-Claro, muchas gracias Sakura.
Cambiaron de tema para poder olvidar la vergüenza; ambos corazones se entrelazaron con sus latidos. Después de unos minutos de charla, Ren se cambió y acompaño a Sakura junto a su hermana. Ya en su puerta, se despidió de ellos y les agradeció. Al entrar soltó un gran suspiro y toco su corazón que estaba muy acelerado.
—¿Qué es esto? —murmuro.
Esa noche Ren no dudo en enviarle un mensaje, solo que no sabía que preguntar y paso mucho tiempo recostado en su cama pensándolo y sonrojado. Finalmente le envió uno y ella respondió amablemente para acabar con su supuesta duda, el solo estaba feliz y paso el resto de la noche leyendo ese mensaje hasta quedar dormido.
Las clases finalizaron muy rápido, ya se encontraban en el último día de clase en la última hora. Las chicas estaban en su clase de deportes a punto de correr, ya que al regreso de las vacaciones daría por comienzo el festival deportivo. Hana y Haruhi eran las últimas que seguían a las demás, ya que eran las más lentas. Hotaru, como siempre, llevaba la delantera.
—¡Al final no pudiste confesarte a Ren, Hana! —dijo Haruhi recordando el festival.
—¿Ehh?... Es verdad, pero igual no estaba segura en hacerlo —sonrió nerviosa.
—Puedes hacerlo en estas vacaciones, salvo que viajes.
—Mmm, aun no tengo planes, no sé, aún estoy nerviosa de solo pensarlo ¿Qué crees que responda?
—La verdad no lo sé, pero si se pierde de una chica tan linda y buena como tu es un tonto —sonrió.
Mientras tanto, Hotaru fue alcanzada por Sakura y en ese momento ella quería preguntarle algo que le provocaba dudad desde hace bastante, pero no tuvo el suficiente valor para hacerlo. El día finalizo y todas las chicas, mientras se encontraban cambiando de ropa,  decidieron ir a comer hamburguesas juntas y despedir el último día de clases.
Ya en el lugar, comenzaron a charlar sobre el verano y que harían esos días. Por el momento, ninguna tenía nada aun planeado, solo Sakura pero era solo practicar para el gran concurso de fin de año que debían realizar junto a Hana. La cual no estaba tan concentrada en eso por el momento, sus sentimientos por Ren la volvían más olvidadiza que lo habitual, aunque siempre estaba Sakura a su lado para despertarla y hacerla practicar.
—Acaba de llegarme un mensaje de Tomoya, con una invitación de una semana a su casa de verano —dijo Hotaru interrumpiendo la charla. Hana también recibió el mismo mensaje al igual que las demás que se encontraban mirando la pantalla de sus teléfonos.
—También recibí uno de Tamaki y Toya preguntándome si yo también iré a la casa de Tomoya —agrego Naoko sorprendida—. Al parecer ellos si irán al igual que Natsume y Ren.
—¡Entonces vamos! —grito Hotaru—. Serán las mejores y primeras vacaciones todos juntos —sonrió.
—Podrás confesarte a Ren ahí, Hana —agrego sonriendo Haruhi, provocando que todas la miraran y que Hana se sonrojara y escondiera tras su bolso.
—Ehh… No lo sé, me da vergüenza —respondió Hana mientras se descubría el rostro—. Debo pensarlo con cuidado, pero no prometo nada.
—¿Entonces, vamos todas? —Volvió a preguntar Hotaru.
Gracias al ánimo y palabras de Hotaru, todas aceptaron ir y respondieron a Tomoya muy emocionadas, algunas después de preguntar en su casa también. Sakura estaba algo nerviosa por la idea de viajar junto a Ren, pero no sería solo él ya que estarían los demás asi que acepto sin pensarlo dos veces; solo algunos nervios y pensamientos le quedaban respecto a los sentimientos que en ella habían despertado pero decidió negárselos a sí misma. Prometiendo evitar estar a solas con Ren o alguna situación incómoda y mucho más que por sus sentimientos, lo haría por Hana su mejor amiga quien amaba a ese chico.
El día del viaje llego y hacia bastante calor hasta en la sombra. A penas una pequeña brisa golpeaba sus espaldas refrescando sus calientes cuerpos. La estación de tren estaba repleta de personas junto a sus grandes o pequeños bolsos, distintos destinos y experiencias futuras. Cada quien en lo suyo, como este grupo de amigos a punto de salir.
—En 5 minutos sale nuestro tren —anuncio Tomoya con los pasajes en mano frente a sus amigos.
Al parecer todos llevaban un bolso no muy grande, ya que Tomoya les aseguro que en su casa de verano obtendrían todo lo necesario. Estaban felices, ansiosos y por llegar; querían ver rápido el lugar donde veraneaba Tomoya y su familia pensando que sería una simple casa cerca de la playa o un rio. Pero en realidad, la familia era dueña de un importante hotel cerca de la playa, rodeado de montañas, con aguas termales incluidas en su propio hotel. Se encontraba cerca del centro de la ciudad, donde hay muy buen entretenimiento y atracciones para pasar el día y noche.
—Tomen cada uno su boleto, no queremos dejar a nadie —dijo Tomoya mientras entregaba los pasajes a cada quien en mano.
En ese momento se anunció su tren, a lo que todos salieron corriendo pero al haber mucha gente se terminó separando. Todos llegaron a la puerta de su tren destino, salvo Sakura que nadie la encontraba, había quedado atrapada por una montonera de personas que le impedían avanzar al dirigirse en sentido contrario, era como un pez nadando contra la corriente. Ella era físicamente menudita y no muy fuerte como para poder salir de allí fácilmente sin ayuda.
—¡Está atrapada por la gente! —grito Hana—¡Voy a ayudarla!
—No, quédate con los demás. Yo voy por ella —dijo Ren al detener a Hana y luego salió corriendo por Sakura, temía que ella sufriera el mismo destino junto a su amiga por ser físicamente parecidas.
—¿Que hacemos Tomoya? —pregunto Natsume preocupado al ver que el tren ya salía y ellos no regresaban.
—Esperemos aquí, es mejor si uno la busca. Ya llegaran —respondió.
Ren no paraba de correr y buscar mientras gritaba por Sakura, la cual no lo oía de tantos ruidos encerrados en un mismo sitio, por lo que no respondía. La gente se seguía amontonando, Ren comenzaba a marearse hasta chocar sus espalda uno con otro sin darse cuenta, hasta que Sakura volteo y su expresión cambio a una muy aliviada al verlo.
—¡Los perdí! —Le dijo Sakura asustada.
—Lo sé, los demás también —Tomándola del brazo y con el otro, el bolso de ella, comenzó a correr—¡Vamos, nos están esperando y el tren está a punto se salir!
Corrieron lo más fuerte que pudieron, pero las puertas se cerraron frente a ellos. Ambos quedaron helados con los pasajes en mano, y los demás también sorprendidos al verlos ahí parados mientras ellos se alejaban.
—¿Que haremos? —pregunto Natsume con su bolso y el de Ren en mano, pegado al vidrio del tren viendo alejar la cara de su amigo.
—Nos acomodaremos en nuestros asientos y llamare a Ren para darle indicaciones, no se preocupen —Los tranquilizo Tomoya, el siempre tan cuidadoso.
Al llegar a sus asientos y sentados algunos frente a los otros, Tomoya parado al costado frente a la ventana comenzó a llamar a Ren.
—¡Ren! Sí, no te preocupes. El pasaje sirve para cualquier viaje de hoy, ya lo notifique en boletería. Solo espera el próximo tren y nos vemos allá. Yo mismo los buscare en la estación. Dale, nos vemos —Finalizo la llanada y miro a los demás, que no le despegaban la mirada de encima—. Están bien, cuando lleguemos nos instalaremos primero en las habitaciones y esperaremos por ellos y los buscare —sonrió.
—¿Habitaciones? Tu casa debe de ser muy grande —dijo Hotaru.
—¿Casa? ¿No se los mencione?
—Mencionar ¿Qué? —agrego Toya.
—Creo que lo olvide —se dijo a si mismo Tomoya y soltó una risa agradable—; olvide decirles que mi familia es dueña de un hotel tradicional japonés. Esta cerca de la playa donde tenemos un bar de comida, asi que podrán disfrutar en ambos lados e incluso excursiones a las montañas y templos —Comenzó a entregarle folletos del lugar a los demás, que quedaban atónitos de tanto lujo y belleza.
—¡Hay baños mixtos! —grito Tamaki mientras reía junto a su hermano.
—También individuales y por género —agrego Haruhi matándoles toda ilusión.
—¡Playa, arena, sol! —grito emocionada Hotaru al lado de Natsume quien festejaba su grito.
Todos estaban más que ansiosos por llegar ahora, salvo Hana que tenía la mirada perdida en el paisaje que el tren recorría. Su mirada reflejaba sus pensamientos de preocupación, acompañados de un intenso suspiro que se perdió en el aire.
—Otra vez estos sentimientos egoístas —murmuro a sí misma, pero Hotaru la oyó. No entendía muy bien, pero esto y lo de Sakura habían logrado despertar su curiosidad-¿En que andarán estos tres?­-, pensó Hotaru acomodándose en su asiento frente a Hana.
Mientras tanto, Ren y Sakura se encontraban abordando el otro tren que llego con media hora de retraso, por lo que los demás le llevaban 40 minutos de viaje.
—No te preocupes, llegaremos bien —dijo sonriendo Ren mientras acomodaba el bolso de Sakura arriba de sus asientos.
Se sentaron uno frente al otro y ambos miraban por la ventana, el paisaje hermoso que recorrían llamaba su atención. Ninguno se atrevió hablarle al otro o iniciar tema de conversación.
—Al parecer ya llegaron —comento Ren leyendo un mensaje de Natsume.
—¡Qué bien! -sonrió-. A nosotros nos falta un poco -suspiro y continúo mirando por la ventana.
Ren quedo encantado con la sonrisa que ella llevaba en ese momento y no pudo evitar sonreír acompañada de una silenciosa risa. Sakura lo noto, asi que lo miro e inocentemente comenzó a hablarle.
—¿Porque te ríes? —dijo alegre.
—¿Hmm? No, por nada —Intento apartar la mirada pero no aguanto la risa.
—¡Vamos dime, no seas asi! —Sakura también reía.
Comenzaron a jugar y hacerse cosquillas, y sin darse cuenta ambos crearon un alegre momento entre ellos. El corazón de Sakura latía muy rápido, ella pensaba que era por estar agitada pero no podía sacar de su cabeza la sonrisa de Ren; una sonrisa que hacia sonrojarla.
—Al parecer estamos a 20 minutos de llegar —dijo Sakura—, espero que haya comida esperándonos porque muero de hambre —Comenzó a reír.
—La verdad que no quería decir nada, pero hace diez minutos que mi estómago comenzó a hablarme.
—¡Que hambriento! —reía Sakura.
—Eres cruel —también comenzó a reír.
El viaje había finalizado, por fin habían llegado. Solo Tomoya fue por ellos a la estación, ya que los demás se encontraban desempacando y preparándose para comer, faltaban ellos dos para comenzar.
—¿Están bien? —dijo Tomoya el verlos bajar del tren—¿Tuvieron buen viaje?
—Sí, gracias por venir a buscarnos —agradeció Sakura con su sonrisa—¿Los demás?
—Ya están en hotel esperándolos para almorzar.
—¿Hotel? —pregunto Ren.
Tomoya sonrió y volvió a explicar todo desde el principio como a los demás, mientras caminaban a su destino.
—¡Llegaron! —Corrió Hotaru sonriendo al verlos.
—Si tardaban más me iba a meter a la cocina por la comida —reía Natsume el decirlo. Hana permaneció callada, solo por un momento ya que durante el almuerzo todos reían y hablaban entre ellos.
—Esta es nuestra habitación —Le indicaba Hotaru a Sakura—, aquí puedes poner tu ropa y te dejamos la cama junto a la ventana ya que eres la más valiente -reía.
—De acuerdo, no hay problema —sonrió Sakura.
—¡Chicas, aquí están! Preparen sus trajes de baño, iremos a la playa —grito Hana al entrar corriendo a la habitación, sonriendo y emocionada por ir.
Corrieron todos emocionados a la playa, la transpiración caía de a gotas en el cuerpo de cada uno por el intenso calor que el sol de la siesta daba. Al llegar a la playa y pisar la arena, corrieron al agua. Ren ayudo a Tomoya a pedir una mesa y sombrilla mientras Sakura y Hotaru se aplicaban bloqueador solar.
—Gracias Sakura —sonrió Hotaru—, eres muy amable.
—No es nada, y gracias —sonrió amablemente.
—En verdad, puedo notarlo como eres con Hana. Ambas se quieren mucho.
—¿Eso notas? Bueno, es que nos conocemos hace bastante...
—No dejes que nada les arrebate eso, por favor —Tomo a Sakura de las manos—. Que nadie ni nada les quite eso, deben de saber cómo superar sus diferencias.
Sakura quedo sorprendida de esas palabras, tal vez Hotaru había notado algo que los demás no podían ver, algo en el que sentía que debía proteger. Después de un cálido y a la vez refrescante día en la playa, la noche los alcanzo con su fresca brisa provocando que desearan las aguas termales y relajarse antes de dormir. En el baño de los chicos, se encontraban cambiándose y charlando de su primer día en el lugar.
—¿Vieron todos esos trajes de baño? A esta playa sí que vienen chicas hermosas —dijo riendo Tamaki, el más burlón de los hermanos, mientras los demás reían.
—La verdad que sin las chicas no sé qué haría —agrego Natsume—, son indispensables para nosotros.
—Pero no hablemos solo de las que vimos en la playa, nuestras amigas lucían brillantes hoy —Volvió a hablar Tamaki.
—¡Es verdad, Naoko esta irreconocible! Me gusto su traje —dijo Toya algo sonrojado al hablar de su amiga de la infancia. Los demás reían y lo burlaban, ya que decían que el ocultaba sus sentimientos por ella.
—Y pensar que ahora están desnudas en los baños de al lado ¿No los pone nervioso? —sonrió Tamaki.
—Vamos chicos, ya basta de esto —dijo Ren—, dejémoslas tranquila y disfrutemos de nuestro baño...
—Pero, es que están muy lindas últimamente. Hana y Haruhi lucían hermosas de rosa. Ah, y Sakura fue mi preferida, con su hermoso cabello —repitió Tamaki embobado recordándolas.
Ren se puso serio, mientras Natsume paro la charla ya que se estaba yendo de las manos. Tomoya los tranquilizo y disfrutaron de su baño, al igual que las chicas en el suyo. Más tarde esa noche, todos andaban vestidos con kimono, ya que un festival los esperaba en el pueblo. Natsume y los gemelos salieron primero y corriendo, mientras que Naoko, Haruhi y Hotaru los perseguían por detrás. A paso más moderado, seguían Sakura y Tomoya hablando de curiosidades del pueblo, y tras ellos estaban Hana y Ren. Hana andaba bastante seria, al parecer algo la había estado incomodando desde que llegaron.
—¿Estas bien? —Ren se atrevió a preguntarle.
—Hmm, si ¿Porque preguntas? —respondió sonriendo.
—Es que has estado distraída todo el día, pero si dices estar bien confiare en ti —sonrió Ren.
Hana solo suspiro pero oír esas palabras la animaron bastante, ya se sentía libre de sonreír y más al llegar al lugar donde se realizaba el festival; tan brillante, yendo de juegos, comidas, duces, mascaras... Todos estaban emocionados y paseaban por doquier. En ese momento Ren miro a Sakura, que estaba sonriendo al ver a Natsume y Hotaru competir en un juego; su sonrisa brillante y hermoso kimono le hizo recordar esa vez que fueron al parque con los demás y el beso en la mejilla... Después de sonrojarse suspiro y miro el cielo estrellado.
—No soy tan fuerte, ya no puedo esconder lo que siento —murmuro al viento, Ren.
Una semana había pasado, ya se habían adaptado al lugar y se estaban divirtiendo mucho pero la pena de saber que en 3 días volverían a casa, y días después a clases, los deprimía. Otra vez se encontraban en la playa, jugando a la pelota sobre el agua. De momento a otro, Ren intento atrapar la pelota y callo sobre Sakura, rápidamente y sonrojados se separaron. Hotaru noto esa expresión en el rostro de Sakura, que salía del agua, y la siguió.
—¿Estas bien? —pregunto Hotaru al sentarse a su lado bajo la sombrilla.
—¿Porque preguntas?
—Porque estas muy sonrojada —dijo tocándole las mejillas y reía. Sakura se apeno rápidamente, ya que no había sido el sol quien hizo que sus mejillas se tiñeran de rosado.
—N-No es nada —suspiro.
—¿Podrá ser que Ren tiene algo de culpa? —sonrió Hotaru que por fin se atrevía a preguntar; Sakura sorprendida no sabía que responder—. Mira, sé que a Hana le gusta Ren, pero cuando lo veo junto a ti es inevitable ver esa conexión que hay entre ustedes.
—Ho-Hotaru, no sé de qué hablas —dijo apenada.
—Puedes confiar en mi —sonrió cálidamente—, tal vez alguna parte de la historia se les olvido contarnos.
Sakura suspiro algo aliviada y decidió contarle a Hotaru confiando en ella, mientras caminaban juntas por unos refrescos. Los demás ni notaron su ausencia. Al fin sentía que había descargado parte de ese peso que llevaba con ella en su interior.
—Asi que tú lo conociste primero pero no te atreviste a decirla a Hana lo que ella se había enamorado, sin contar que al principio no sabías que era el —suspiro Hotaru al recitar en un breve dialogo toda la información aprendida.
—Pero no es solo porque ella lo ame, es que tampoco creo sentir algo tan fuerte por el como para arruinar mi relación con Hana o dañarla. Tampoco sé que siente Ren al respecto.
—Mmm, eso ya depende de ti y debes pensar en tus sentimiento, no solo en los de Hana. Cuando tengas todo en orden dentro tuyo, ahí si debes pensar en que pasara con ella. Es duro, porque son amigas, pero si lo hablaras con ella tal vez llegarían a un acuerdo o entendimiento.
—Es que primero debo entenderme para hacerme entender después, es tan... —suspiro—¿Porque es tan difícil? No me entiendo, a veces no puedo dejar de pensar en ello y luego ni siquiera me interesa.
—Tranquila, en algún momento podrás hacerlo. Solo deja de pensar en los demás y piensa en cómo te sientes ¿Si? —Hotaru la miro y sonrió apoyando su mano en el hombro de Sakura, la cual acepto intentar hacerlo como se lo planteo.
Durante la cena, a Tomoya se le ocurrió salir a caminar por las montañas, donde se encontraba la entrada sagrada como prueba de valentía. Haruhi no estaba muy de acuerdo y Hana la acompañaba en su decisión, pero luego de varios argumentos, la mayoría logro convencerlas. Se decidió que se haría mañana por la noche, ya que era la última que pasarían allí antes de regresar a casa. Hana y Haruhi seguían inseguras, pero de todos modos irían; era el último día y querían divertirse junto a los demás. A demás solo irían hasta el templo y luego regresarían, era un camino marcado no debían temer el perderse. Sakura, pese a su miedo a la oscuridad, acepto ya que le gustaba la noche su miedo era más por el encierro pero Hana se sentía aterrada, odiaba estar sola por las noches ya que solía pasarla sola cuando sus padres viajaban mucho hasta que Sakura la conoció y comenzó a llenar esas noches vacías.
A la noche siguiente, después que habían terminado de cenar, todos estaban preparando pequeños bolsos con linternas y provisiones básicas antes de salir. Tomoya sería el guía, ya que conocía muy bien esas montañas y el camino al templo porque lo recorría desde que era un niño. Antes de salir, volvió a preguntarle a las chicas si realmente estaban segura, no quería un arrepentimiento a mitad de camino que terminara separando el grupo, incluso perdiéndose alguno.
—¡Entonces, nos vamos! —dijo Tomoya frente a todos, dando el primer pasó hacia el bosque—. Mantengan sus linternas y no me pierdan de vista. La primera parte del camino está marcada por las escaleras que subiremos, luego es todo campo y bosque, pero yo sé cómo llegar, no se preocupen. Solo no se separen, recuerden que allí arriba no hay señal.
Haruhi, aferrada a Naoko, sostenía la linterna mientras temblaba sin intensiones de soltar a su amiga.
—¿No-no hay nada sobre natural, verdad? —pregunto a Naoko.
—No mencionaron nada de eso, quédate tranquila y no te me separes —respondió con una sonrisa.
Pero tras ellas, Toya y Tamaki comenzaron a molestarlas, haciéndoles cosquillas y voces extrañas. Ellos iban detrás de Tomoya y Natsume; en el medio se encontraban Sakura y Hotaru, las cuales hablaban tranquilas y sabían mantener la calma, mientras más se distraían con charlas menos pensarían en la oscuridad o cosas raras que los chicos decían. Hana era la última, que iluminaba el camino por detrás con el miedo de que algo los sorprendiera por las espaldas, Ren preocupado, decidió esperarla y acompañarla.
—Tranquila Hana, nada vendrá por detrás.
—¿En-en serio? —dijo Hana con voz temblorosa; por esas noches solas ella tenía horror a los fantasmas—¿No me estas mintiendo Ren?
—¡Claro que no! —sonrió—. Vamos antes de que los demás nos dejen; a perdernos es a lo único que hay que temerle.
La tomo del brazo y la trajo hacia él, para que ella ya no tuviera miedo. Hana se sonrojo y se puso muy nerviosa. Sentía como la transpiración comenzaba a recorrer su cuerpo, una hermosa y a la vez incomoda sensación. No le prestaba atención al camino ni a su alrededor, el miedo se le había olvidado. Cuando de repente un arbusto se movió de forma agresiva, tal vez por algún animal, pero Hana se asustó mucho que se tropezó con una roca y casi cae al suelo, menos mal que Ren la tomo en sus brazos antes de un feo golpe.
—¿Estas bien? —Le pregunto preocupado sin soltarla, mientras que Hana comenzaba a sonrojarse; tenerlo tan cerca la ponía nerviosa.
—S-Si... —dijo apenada, cuando Ren sintió que estaban demasiado solos y comenzó a ver a su alrededor, el cual estaba despejado; los demás se habían alejado de ellos sin siquiera notarlo.
—¿Hana, donde están los demás?
—¡¿Qué, que, que?! No me asustes —Se puso de pie y no tardo en entrar en pánico al no ver a nadie más que a Ren—¿Do-dónde están? ¿Acaso es una broma? ¡Salgan por favor! Sakura —gritaba asustada.
—No creo que esto sea una broma, nos debimos haber separado del grupo cuando te asustaste. Ellos tal vez aún no saben que no estamos tras de ellos.
—¿Que-que dices? —Estaba a punto de llorar, pero Ren la abrazo y logro tranquilizarla.
—Confía en mí, no nos pasara nada. Ahora sigamos que tengo una idea de por dónde ir.
—¿Cómo es eso?
—Es porque hoy al medio día mire el mapa que Tomoya tenía, no lo tengo bien claro pero una idea sí. Sigamos.
La tomo del brazo para no perderla y continúo. Ella nerviosa por el miedo y la hermosa sensación de estar tan cerca de su amado, una rara combinación. Mientras tanto, los demás seguían adelante sin notar la ausencia de esos dos. Hasta que Sakura volteo preocupada por Hana y al notar que no estaba comenzó a gritar por ella. Los demás no comprendían, hasta ver bien a su alrededor y notar que Hana y Ren faltaban.
—¿Donde podrán estar? —pregunto Hotaru muy preocupada—. Al menos espero que estén juntos, sería terrible que Hana anduviera sola por el bosque con tanta oscuridad.
Sakura no decía nada, pero eso era lo que más temía, que su amiga estuviera sola y llorando por el miedo.
—No se preocupen, de seguro algo paso y Ren se detuvo a ayudarla. Probablemente estén juntos —Las calmo Tomoya.
—Lo llamare —dijo Natsume, pero se decepciono de inmediato al ver que había perdido la señal.
—Ren miro el mapa conmigo y le explique algo hoy, seguramente se dirige al templo, ahí los encontraremos —Les informo Tomoya, que comenzó a caminar guiando al grupo.
La noche era solitaria, pero la luz que la luna reflejaba quietaba esa inquietud; los sonidos de la naturaleza eran más intensos. Tomoya les había indicado que ya estaban a punto de llegar al templo, una vez ahí, si Ren y Hana no regresaban el mandaría a su personal por ellos.
—Esto se ha vuelto un tanto tenebroso —murmuro Tamaki a las chicas; Natsume, al oírlo sin querer, provoco que su cuerpo se estremeciera.
—¡Ya estamos cerca! No se rindan ahora y estemos unidos —Volvió a calmarlos Tomoya, como todo un líder.
Al otro lado del bosque, no muy lejos de ellos, se encontraban Ren y Hana tratando de llegar como podían. Su ruta no estaba tan errónea, solo era un poco más larga que la de los demás, y gracias a la luz de la luna, Ren podía recordar mejor el camino que debían seguir. Los nervios de Hana se estaban calmando, ya estaba más tranquila salvo por sus nervios provocados por el corazón. Solo que un silencio incomodo creaba distancia entre ellos, para romperlo, Hana junto todo el valor que pudo e inicio una conversación, además que ese silencio hacia más intenso los demás ruidos desconocidos del bosque.
—Ren ¿Nos falta demasiado? —El la miro y luego le sonrió.
—No te preocupes, sé que estamos cerca.
—De acuerdo —Ella sonrió, pero no dejaba de pensar sobre que más hablar. Ya sabía sobre su familia y lo demás, aunque una duda la agobiaba desde que iniciaron el viaje —Ren... A ti ¿Tú ya tienes a alguien?
—¿Ah?¿A qué te refieres con esa pregunta?
—Ehh... Quiero decir... Olvídalo —Bajo la mirada muy avergonzada y arrepentida.
—Si te refieres si me gusta alguien, la respuesta es: no lo sé.
—¿No lo sé? No... No entiendo ¿No sabes lo que sientes?
—Todo es muy confuso ahora, no se expresarme realmente —sonrió—, pero no te preocupes.
—Entonces... ¿No hay nadie?
Ren comenzó a pensar en Sakura, pero no podía decirle eso a Hana, ni siquiera que estaba comenzando a caer en el extraño amor por alguien.
—Digamos que no. Ahora, sigamos por ahí, esto seguro que ya llegamos —Cambio de tema, y Hana siguió muy bien, olvidando esas extrañas preguntas y respuestas.
—Veo luces —dijo Hana señalando la dirección con su mano derecha.
—Es el templo —sonrió Ren.
—¡Llegamos, llegamos! —Corrió gritando Hana, alertando a los demás su llegada. Sin borrar la sonrisa en su rostro corrió a abrazar a Sakura muy fuere sin soltarla.
—¿Que les paso? ¿Están bien? —Todos los invadieron a preguntas, ellos contestaron todas y explicaron como creen que se extraviaron.
Sakura estaba muy agradecida con Ren por haber protegido a su amiga; mientras las demás hablaban con Hana, Sakura fue con Ren y los chicos que estaban haciendo lo mismo con él.
—Gracias, muchas gracias por cuidar de Hana —dijo, tomándolo de la mano y haciendo una reverencia.
Todos miraron, incluso Hana y las demás que estaban lejos. Ren quedo sorprendido y a la vez feliz por sentir las manos de Sakura.
—Bueno, ya que estamos todos es mejor que vayamos a su sorpresa —dijo Tomoya, rompiendo el ambiente.
—¿Sorpresa? —exclamaron los demás.
Tomoya se dirigió tras el templo, mientras lo demás lo seguían. Allí se encontraban las aguas termales entre montañas donde el personal del hotel los esperaba con una fiesta de despedida para ellos. Comida, bebidas, dulces y miles de cosas para divertirlos, ellos estaban más que agradecidos por esa sorpresa. Comenzaron la fiesta, todos muy felices. Luego brindaron por el hermoso viaje que habían realizado y agradecieron la buena hospitalidad a la familia de Tomoya. En ese momento, Ren, se encontraba junto a la mesa de bebidas y Natsume se le pareció por detrás con intenciones de asustarlo, pero él no cambio la expresión.
—Qué raro ¿Porque ese humor? —pregunto Natsume al notar la mirada perdida que su amigo llevaba.
—¿Eh? No me pasa nada, estoy bien —respondió distraído.
—Claro que no, desde que llegaste estas asi —insistió.
—Creo... Creo que me he dado cuenta de algo.
—¿De qué hablas? —Lo miro extrañado, no lo entendía.
—Sakura, me... Me gusta —Su expresión no cambio, seguía perdida, sin ánimos y parecía triste.
—No entiendo el porqué de tu cara, no pareces feliz al decirlo.
—Esto está mal, me he enamorado de una persona a la cual quiero proteger.
—Entonces... —Ren lo interrumpió y no lo dejo terminar.
—El hecho de enamorarme de ella la lastimara mucho y si soy egoísta lastimare a dos personas por ello —término de decir Ren.
Natsume quedo sorprendido de tales palabras, pero luego entendió lo que quería decir. La expresión de Ren no cambio, solo suspiro y quedo perdido en sus propios pensamientos.
—No creo que tú debas preocuparte por todo —dijo Natsume después de unos minutos de silencio—. Si no quieres que ninguna salga lastimada debes decirle la verdad a ambas, aunque las haga llorar, pero no debes permitir que vivan ilusionadas.
—¿Lo dices por Hana?
—Algún día ella tomara valor y tu deberás responderle, pero recuerda que ambas son distintas personas no deben saber que sientes por la otra, solo lo que cada una deba saber.
Luego de terminar, Natsume se fue con los demás. El mismo sabía que eso podría lastimarlas, pero Ren no era el culpable. Nadie es culpable por sentir lo que siente por otra persona, solo queda esperar en la fuerza que los lazos de amistad puedan tener.

¡¡Continuara!!

Flor ~ Hana Sakura ~