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Capítulo 14: Amigas, pasado y un desagradable sabor.
Capítulo 14: Amigas, pasado y un desagradable sabor.
Yami se encontraba recostada en su cama, mirando como la leve brisa
movía con cautela las ramas del árbol que daban a la ventana, golpeando el
vidrio de forma continua. Era una tarde de domingo, aburrida y solitaria. Había
pasado más de tres semanas desde que Hana abandono el colegio, según ella había
viajado con sus padres y volvería al lunes siguiente de ese domingo en que Yami
esperaba que terminara rápido. Una leve sensación de melancolía había provocado
que sus recuerdos menos alegres despertaran; seguía sin despegar la mirada de
la ventana y sin moverse, mientras que esas voces reprochaban en su cabeza…
“—Eres muy
Linda, Yai ¿Verdad chicas? —¡Sí! A demás es muy amable, siempre nos esta
ayudando”
—Malditas mentirosas —Se levantó bruscamente y bajo a la cocina de su
casa por algo de beber; aun asi las voces las seguían.
“—No eres nada
linda, mentirosa. —Seductora, falsa. —Yami es egoísta, todos se enamoran de
ella”
—¡Ja! ¿No podían ustedes mismas declararse? Siempre era a mí a quien
mandaban —Tomo un sorbo de jugo, cuando su celular sonó interrumpiéndola.
—¿Yami,
estas en casa? —Hana llamaba.
—Hana ¿Ya estás aquí?
—Sí,
sí. Por eso llamaba ¿Quieres hacer algo, ir al parque?
—¡Claro! Solo deja que me cambie y nos encontramos en el parque.
Corrió a vestirse.
Horas después, Hana se encontraba esperándola en la entrada del parque
con sus pases. Mientras que Yami llegaba corriendo.
—Lo siento, se me paso el tren —sonrió—¿Cómo estás?
—Bien, llegue anoche y estaba cansada del encierro asi que hoy quería
hacer algo divertido.
—¡Qué bueno! Yo también estaba bastante aburrida y más estos días que
estuve bien sola en clases —suspiro—; me dejaste sola.
—¡Oh, lo siento! Es que mis padres siempre hacen esos planes de viaje
repentinos y cuando no tienen con quien dejarme me secuestran —reía.
—Entiendo —También reía—; entremos.
Su tarde comenzó alegre, llena de colores, agradables sonidos y juegos
divertidos. Yami sentía que era una verdadera tarde de amigas, la cual hace
mucho de la que no disfrutaba o había tenido jamás. Las voces habían parado, la
comida deliciosa la distraía y las anécdotas de Hana la entretenían. Sentía que
al fin podía confiar en alguien sin importar que tan linda fuera o no, al fin
tenia alguien en quien confiar y a quien no quería perder por nada ni por nadie.